¿Por qué un bebé recién nacido debería tener un chequeo Quiropráctico?

” Nosotros creemos firmemente que todos los bebés merecen tener su sistema nervioso funcionando al 100% y es por eso que recomendamos un chequeo Quiropráctico. “

Según Gutmann (1), un investigador que examinó los efectos del proceso de nacimiento, El trauma del parto sigue siendo subestimado y por lo tanto poco tratado.

Hay muchos factores que pueden causar trauma del nacimiento, incluyendo:

  • Un trabajo de parto muy largo o muy corto
  • Falta de dilatación del cuello del útero de la madre
  • El uso de medicamentos para aumentar la intensidad de las contracciones
  • El uso de la extracción con ventosa o fórceps
  • Parto por cesárea debido a la falta de progreso
  • Cordón umbilical atorado alrededor del cuello del bebé
  • Posición incorrecta en el canal de parto o sufrimiento fetal agudo..

” Los quiroprácticos están capacitados para evaluar y reducir los efectos del trauma del nacimiento. ”

Desafortunadamente, muchas parejas no son conscientes de que el uso de anestesia para el alivio del dolor durante el parto a menudo conduce a un parto más complicado, que implica potencialmente fórceps,ventosa o cesárea.

Los quiroprácticos están capacitados para evaluar y reducir los efectos del trauma del nacimiento. Idealmente, los bebés deben ser revisados y ajustados tan pronto como sea posible después del nacimiento para ayudar a aliviar problemas de columna vertebral y el estrés nervioso que se pueden haber causado por:

 

  • Posición anormal en el útero.
  • Desde el viaje a través del canal de parto.
  • Durante el parto en sí mismo.

 

 

Más de 1.500 bebés fueron estudiados regularmente a través de un período de ocho años por Viola Frymann (2), una doctora osteópata.

Todos los bebés fueron examinados dentro de los primeros cinco días de nacimiento; de hecho, muchos se revisaron en las primeras 24 horas del nacimiento. Este estudio reveló que aproximadamente:

• 10% de los bebés recién nacidos tenía cráneos con perfecto movimiento y mecanismos craneales.
• 10% tenían un trauma severo en la cabeza, evidente incluso para cualquier persona.
• El 80% restante, tenía ciertos patrones de tensión en el mecanismo craneal.

Por lo tanto, este estudio reveló que al menos el 90% de los bebés que participaron habían sufrido algún trauma de nacimiento y tenían tensión en el cuello y zonas craneales.

Estos estudios son parte de una extensa investigación que apoya enfoques menos invasivos para el nacimiento y corrobora los beneficios un chequeo de columna vertebral y de sistema nervioso de un recién nacido.

Las 5 razones por las que recomendamos a los padres traer a sus bebés a un chequeo quiropráctico:

1 Para aumentar el bienestar general de su hijo.

2 Para fortalecer el sistema inmunológico y reducir la incidencia de resfriados, dolores de oídos y enfermedades en general. Para ayudar a aliviar el asma, las dificultades respiratorias y alergias.

3 Para ayudar en los casos de cólicos y en el síndrome del bebé irritable. Es decir, un bebe con problemas digestivos y sueño.

4 Para amamantar mejor (el bebe succiona mejor).

5 Para mejorar la postura de la columna vertebral y desarrollo del cerebro y nervios.

Las revisiones quiroprácticas regulares pueden ayudar a proteger a su hijo de enfermedades o alergias.

” Un estrés emocional puede causar disfunción nerviosa también “

Otras causas físicas de la subluxación vertebral incluyen estar posicionado en el asiento del coche durante períodos largos de tiempo o dormir en el asiento del coche sin un soporte adecuado para la columna vertebral y cuello.

La disfunción nerviosa puede también ser resultado de la toxicidad química asociada con la exposición a  vacunas, antibióticos, pesticidas u hormonas en la comida que ingerimos y a los agentes de contaminación en general que se encuentran en la atmósfera.

Un estrés emocional puede causar disfunción nerviosa también. Un ejemplo puede ser un bebé que tuvo mucho tiempo separado de su mama en el hospital (sin contacto piel a piel) o una mama que no puede dormir porque su bebe tiene cólicos (el bebé puede detectar el estrés de su mama).

” La capacidad de la quiropráctica de afectar la función neurológica ha sido demostrada por muchos autores y numerosos estudios. “

La capacidad de la quiropráctica de afectar la función neurológica ha sido demostrada por muchos autores y numerosos estudios que documentan cómo una correcta función espinal puede mejorar la función del sistema inmunológico. Cuando se producen subluxaciónes vertebrales, la irritación nerviosa provoca una alteración de la comunicación entre los sistemas del cuerpo. Esta falta de armonía fomenta la enfermedad y una calidad de vida inferior.

” El problema puede empezar desde la columna de mamá “

La mamá después de dar luz sigue con hormonas en su sistema y puede tardar 6 semanas o más para fortalecer su pelvis y ligamentos. Su postura cambiará, con la cabeza agachada viendo a su bebe por mucho tiempo cuando está amamantado o cambiando la pañal de su bebe, que causa mucho estrés en el cuello y espalda media de la mama.
Los nervios desde la espalda media controlan las glándulas mamarias, esos puede entonces afectar su función y producir menos leche o causa sensibilidad de los senos y ductos.

” En Family Chiropractic nos enfocamos en la raíz de los síntomas “

La salud no puede medirse por cómo nos sentimos, sino por cómo nuestro cuerpo puede soportar los agentes estresores al que lo sometemos. La verdadera salud implica un sistema nervioso que funcione correctamente, soportado por una buena calidad de nutrición, sueño, ejercicio, minimizar toxinas, reducir el estrés, y mas pensamientos positivos o felices. Estos mismos principios son también aplicables a las pequeñas personas de nuestras vidas; la salud de nuestros hijos no es menos importante que la nuestra propia. La salud de su hijo es su mayor inversión.


1) Gutmann G. Blocked Atlantal Nerve Syndrome in Babies and Infants. Manuelle Medizin. 1987;25:5-10.
2) Frymann VM. Springall P. Effect of Osteopathic Medical Management on Neurologic Development in Children.
JAOA. 1992;92:729.