La premisa fundamental de la filosofía quiropráctica es: “La fuerza que hace al cuerpo es la que lo recupera”. Existe una fuerza vital constantemente trabajando en todos los seres vivos, que los mantiene organizados y adaptándose a las fuerzas presentes en su entorno. Esta fuerza vital es la vibración que permite que la vida continúe y que mantiene unida cada célula y cada partícula. El hombre común y corriente normalmente no está al tanto de esta frecuencia vibratoria y mucho menos está consciente de que esta fuerza es lo que mantiene su vida y la de la misma tierra.

El cuerpo humano es milagroso. Este principio organizacional produce un organismo que se cura, organiza y regula a sí mismo, que se adapta y responde adecuadamente a su entorno, luchando constantemente por una funcionalidad óptima. En quiropráctica lo anterior se conoce como “inteligencia innata”.

Sanar es cuestión de tiempo, pero muchas veces también es cuestión de oportunidad.

La salud es un estado de equilibrio y armonía del cuerpo en un mayor ambiente. El cuerpo se cura a si mismo utilizando su propio poder de recuperación.  Todo proceso toma tiempo, el curarse es un proceso. No es la curita que sana la cortada, no así el yeso que ayuda a soldar el hueso. Se puede poner una curita en un trozo de asado, pero no se va a curar porque el asado no es un ser vivo. Solo los seres vivos se pueden curar a sí mismos.

La curación del cuerpo es un proceso dinámico, con el tiempo los cambios se van a hacer notar. El camino a una vida saludable no es un proceso sencillo, especialmente al principio porque toma tiempo cambiar nuestros hábitos y estilo de vida. El cambio va a ser drástico al principio y menos notorio posteriormente. Al final, cada pequeño cambio da lugar al mayor cambio de todos – una salud óptima, máximo potencial y la habilidad de darle vuelta a la vida.

Los cuerpos de los niños sanan rápidamente debido a su gran capacidad de recuperación. Un niño podrá empezar a sentirse bien y su cuerpo comenzará a renovarse y reviver. Los padres notarán cambios inmediatamente, después, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, en tanto cumplan con la disciplina de llevar a cabos los cuidados recomendados por el quiropráctico. Así como el sol brilla con más intensidad al inicio de un nuevo día, la luz de la fuerza vital aumenta conforme el cuerpo se recupera y alcanza su potencial óptimo..

La quiropráctica libera el poder interior  y la luz regresa a los ojos. Cualquiera que sea el padecimiento, desequilibrio, pérdida de salud o reto, si la organización neurológica del niño se involucra,   se convierte en un rayo de luz que crece y se ilumina con mayor intensidad. El niño se vuelve más y más consciente de sí mismo y de su entorno. Cada logro trae consigo mayores retos y responsabilidad para el niño y un poco menos trabajo para los padres.

Con el tiempo, la energía corporal incrementa y el niño se vuelve más energético. A medida que ésta energía crece, los síntomas crónicos de salud empiezan a disminuir. Las toxinas se eliminan del cuerpo mientras éste se fortalece. Esto suele manifestarse en forma de erupciones en la piel, diarrea, vómito, fiebre y  convulsiones. Conforme el cuerpo recupera su fuerza y rendimiento, un desandar de un desarrollo interrumpido comienza. Desandar significa regresar a los patrones originales de desarrollo y volver a experimentar de manera correcta los pasos de asimilación sensorial y  producción motora así como la integración de la sensación de bienestar emocional y de inteligencia superior. Desandar lo andado es parte del proceso de sanación del cuerpo.

Es la inteligencia innata del cuerpo que cura de forma ininterrumpida de un momento a otro. En otras palabras, ¡usted se cura a sí mismo! Hipócrates dijo, “Cualquiera posee un doctor en sí mismo; sólo debemos de ayudarlo en su trabajo. La natural fuerza curativa en nosotros mismos es la mayor fuerza que interviene en la recuperación.”   Como padres en búsqueda de un verdadero bienestar, es imperativo que busquemos profesionales de la salud que reconozcan, respeten y apoyen este proceso curativo que surge de dentro. Los quiroprácticos son dichos profesionales.

Fuente: http://pathwaystofamilywellness.org – Revista No. 32