A miles de personas de todas las edades alrededor del mundo se les preguntó si preferirían sufrir de un problema de espalda o de un problema cerebral. Cada uno de los individuos respondió que preferiría sufrir de un dolor de espalda. Las personas tienden a asumir que incluso los problemas graves de espalda presentan menos desafíos a la salud que problemas del cerebro, porque el cerebro regula tantos aspectos de la vida y de la salud. El cerebro y la columna vertebral se combinan para formar el sistema nervioso y éste regula la salud del cuerpo. La investigación demuestra que un problema de espalda es un problema cerebral. El cuidado quiropráctico mejora el cerebro y la salud de todo el cuerpo a través de ajustes específicos a la columna vertebral.

Millones de pacientes quiroprácticos alrededor del mundo experimentan beneficios que transforman su vida y su salud. Por más de 120 años los pacientes han sido testigos de la mejora del sueño, de mayor energía, mejor digestión, la respiración, la reproducción, el sistema inmunológico y la función cardíaca a través de la optimización del sistema nervioso. Los ajustes quiroprácticos frecuentes y regulares mejoran la salud para los adultos, los bebés y niños desde el día de su nacimiento.

Los científicos y las comunidades médicas originalmente se oponían a la acreditación de que la Quiropráctica mejora la salud no sólo aspectos de la columna vertebral. Estos grupos citaron a menudo la falta de validación científica a lo largo de las décadas durante el desarrollo de la atención quiropráctica. Algunos médicos llegaron a calumniar a la quiropráctica con la esperanza de desacreditar una profesión determinada a ayudar a la gente sin el uso de drogas y cirugías nocivas. Hoy en día existe una riqueza de la ciencia y la investigación que explica exactamente cómo un ajuste quiropráctico auténticamente logra beneficios significativos para las personas que experimentan otras condiciones de la salud no relacionadas con la columna. La columna vertebral afecta directamente la función cerebral.

Cuatro artículos de investigación específicos realizados durante la última década demuestran que el mayor beneficio de un ajuste quiropráctico ocurre en el cerebro. Existe una relación íntima entre la columna vertebral, el cerebro y el sistema nervioso. El primer ajuste quiropráctico tuvo lugar en Iowa en 1895 y restauró la audición de un hombre. Mahatma Gandhi comenzó a recibir múltiples ajustes cada semana durante tres meses después de experimentar problemas relacionados con la presión arterial alta. Los problemas de presión arterial de Gandhi disminuyeron al igual que la amenaza de gripe española para miles de personas que siguieron los ajustes durante la epidemia de 1918, que cobró la vida de casi el cinco por ciento de la población mundial. Estos breves ejemplos representan un pequeño muestreo de personas que lograron beneficios para la salud a través de cambios cerebrales y autonómicos acreditados a los ajustes quiroprácticos.

La investigación continúa construyendose. Los ajustes quiroprácticos mejoran la función del cerebro y benefician casi cada aspecto del funcionamiento humano. Todos los seres humanos merecen acceso a una atención quiropráctica. Una educación adecuada e investigación actualizada superarán la noción de que la quiropráctica sólo se ocupa para el dolor de espalda y cuello. Los quiroprácticos localizan y corrigen pequeños desalineamientos en la columna vertebral llamadas subluxaciones. Una subluxación siempre altera al cerebro y la función del sistema nervioso. Todos los adultos, niños y bebés se benefician de exámenes regulares de la columna vertebral. Los quiroprácticos mejoran la salud del cerebro y el cuerpo mediante la mejora de la salud de la columna vertebral a través de los ajustes quiroprácticos. Una columna vertebral sana va de la mano con un cerebro sano, y al final, la salud óptima es todo sobre el cerebro.